La carencia en esta materia es clara y la evidencia, abrumadora: en
México sólo 4.5 por ciento de las viviendas (unas 1.3 millones) cuenta con un
seguro contra daños. La gran pregunta es ¿por qué? Un factor es, sin duda, el costo: Para gran parte
de los mexicanos, los seguros son caros, sin embargo, es posible contratar un
buen seguro contra daños a precios razonables. Una prima anual va
de los 1, 500 a los 8,000 pesos, diferencia que tiene que ver con el tipo de
construcción que se desea asegurar y la ubicación de la misma, así como por los
contenidos que incluya la cobertura. Si pensamos en lo que estamos protegiendo, se
trata de un costo mínimo.
Otro
factor es que la gente piensa que a ellos no les va a pasar nada, lo cual no
garantiza absolutamente nada y deja el riesgo latente, vigente con todo su
impacto. El fin de un seguro es, precisamente, amortizar el impacto de una
circunstancia inevitable e imponderable como lo es la Naturaleza misma. Esta forma de pensar ha dejado en la
calle a cientos de personas, que no pueden recuperarse fácilmente de una
circunstancia de riesgo, de algún desastre. Finalmente,
el desconocimiento impide que la población conozca realmente qué cubren y qué
características tienen estos seguros, diseñados para salvaguardar los bienes de
la gente. Lástima que ignoremos el riesgo y los usemos…. MÁNDENOS UN CORREO Y LES PROPORCIONAMOS MÁS INFORMACIÓN SOBRE ESTE TEMA.