“(Jimmy) Johnson fue por mucho el mejor entrenador que tuve en mi carrera; porque sabía liderar, motivar. Él no sólo daba discursos de motivación antes de los partidos. ¡Daba discursos de motivación antes de las prácticas! En una ocasión le dije que estaba cansado de escuchar sus arengas todos los días, y él me contestó: ‘Mike, no es a ti a quien le estoy hablando. Yo sé que tú vas a dar constantemente el 100 por ciento. Les estoy hablando a los que necesitan un aventón para mover el trasero’. Johnson no se enfocaba en su hombre más fuerte. Se enfocaba en su hombre más débil. Eso es liderazgo”.
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